Cuando compra joyas de oro, notará que le presentan muchos números: 10K, 14K, 18K, 24K. Las marcas a menudo los presentan como si necesitara compararlos todos. Por lo que he visto trabajando con clientes, esto solo crea confusión.

Olvídese de los gráficos complicados y el lenguaje de marketing. Para casi cualquier pieza de joyería que planee usar con regularidad, solo necesita centrarse en dos opciones: oro de 14K y 18K. He aquí por qué sugiero limitar su enfoque.

Qué significa realmente un quilate

Primero, seamos claros. Un quilate es simplemente una medida de pureza. El oro puro es de 24 quilates (24K), pero es demasiado blando para hacer joyas. Para hacerlo duradero, lo mezclamos con otros metales, creando una aleación.

El número de quilates le dice cuántas partes de 24 son de oro puro.

• Oro de 18K: 18 partes de oro, 6 partes de aleación (75% de oro)
• Oro de 14K: 14 partes de oro, 10 partes de aleación (58.3% de oro)

Por qué puede ignorar el oro de 10K y 24K

Muchas marcas promocionarán quilates más bajos o más altos, pero en mi opinión, sirven para propósitos de nicho que no se aplican a la mayoría de las personas.

El oro de 24K es un material hermoso, pero es una inversión, no algo que se usa. Se raya y se dobla con demasiada facilidad para un anillo o una pulsera. Por otro lado, el oro de 10K tiene menos del 50% de contenido de oro. Esto lo hace muy duradero, pero el color suele ser más pálido y, francamente, está comprando un artículo que se compone principalmente de otros metales.

Al final, lo que realmente importa es centrarse en las dos opciones que equilibran perfectamente la belleza y la resistencia.

La verdadera elección: Oro de 14K vs. 18K

Aquí es donde radica la verdadera decisión. No se trata de cuál es "mejor" en general, sino de cuál es mejor para usted.

Oro de 14K: El caballo de batalla duradero

El oro de 14K es mi recomendación para cualquier persona con un estilo de vida muy activo o para piezas que verán mucho uso diario, como un anillo de compromiso. El mayor contenido de aleación lo hace significativamente más resistente a los arañazos y las abolladuras. Si bien su tono amarillo es ligeramente menos saturado que el de 18K, ofrece una excelente combinación de durabilidad, belleza y valor. En los cientos de piezas personalizadas que he gestionado, el oro de 14K es la opción más popular por una razón: funciona sin concesiones.

Oro de 18K: El estándar de lujo

Aquí es donde se ve brillar el verdadero y rico color del oro. Con un 75% de oro puro, el oro de 18K tiene un tono amarillo notablemente más profundo y cálido. Tiene un peso satisfactorio y es el estándar para la joyería fina europea. Si bien es más blando que el de 14K, sigue siendo perfectamente adecuado para el uso diario si se es razonablemente cuidadoso. Si su presupuesto lo permite, personalmente siempre recomendaré el oro de 18K. Su rendimiento a largo plazo y su color inigualable, en mi opinión, valen la inversión.

Mi consejo final

Olvídese de todo lo demás. Su decisión se reduce a esto:

• Para una máxima durabilidad y una vida activa, elija el oro de 14K. Es una elección pragmática que no sacrifica la belleza.
• Para el color más rico y un toque de lujo, elija el oro de 18K. Es la opción superior para aquellos que priorizan la calidez estética del oro puro.

Ambas son excelentes opciones. Lo que importa es hacer coincidir el metal con su estilo de vida y sus valores, no con un guion de ventas.

Sobre Alex Fong

Alex Fong es un miembro senior del equipo de FKS Jewelry. Nuestro equipo es un apasionado de la joyería de metal moderna, especializándose en piezas elaboradas en latón, acero inoxidable y titanio. Creemos en combinar un diseño atemporal con materiales elegidos por su resistencia y carácter.

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